martes, 15 de marzo de 2016

EL PROCESO DEL ENVEJECIMIENTO. (1ª PARTE)

El interés por el envejecimiento ha sido una constante en la historia de la humanidad y se ha afrontado desde multitud de perspectivas: científica, social y cultural. Dentro de este interés destacan fundamentalmente dos aspiraciones u objetivos: la inmortalidad y la búsqueda de la longevidad 9 . Es por ello que cabe señalar obras científicas que, ya desde la edad media, se centran en el estudio del envejecimiento. En este sentido, destaca el libro
“La curación de la vejez y la preservación de la juventud” (1236) y el manuscrito “Gerontocomía”, publicado en latín en el año 1489, y que ha llegado considerarse el primer manual práctico sobre los problemas de la vejez. Además, dentro de la filosofía clásica se pueden encontrar claros predecesores del estudio de la gerontología. Por ejemplo, Platón presenta una visión individualista e intimista de la vejez, convirtiéndose en un antecedente de
la visión positiva de la misma, mientras que Aristóteles presenta una visión radicalmente opuesta, considerando la vejez como una enfermedad.
Es evidente que sobre el proceso de envejecimiento se pueden formular diferentes cuestiones acerca de cuáles son las dimensiones del cambio, sus determinantes o sus causas, si existen intervenciones que pueden demorar o detener el cambio, cuáles son sus consecuencias directas o indirectas en la vida diaria de las personas mayores o qué pauta sigue el cambio ocurrido. En la actualidad podemos realizar una clara diferenciación entre lo que es el envejecimiento fisiológico y el envejecimiento patológico. La relación entre
ambos tipos de envejecimiento se presenta como un continuo: En un extremo del mismo encontramos un envejecimiento relacionado con el proceso del paso del tiempo que puede ser separado claramente de la enfermedad: existen determinados cambios que, con independencia de su extensión, no podrán ser considerados patológicos, tales como las arrugas, las manchas de la piel o el cambio en el color del cabello. En el extremo opuesto encontramos un envejecimiento con cambios que sí puede ser considerado enfermedad, y
que se percibe en manifestaciones tales como la descalcificación de los huesos, o los problemas en las articulaciones.



El objetivo principal de todas las personas es alcanzar un envejecimiento en las mejores condiciones posibles, teniendo en cuenta los múltiples factores que intervienen en el proceso de envejecimiento. Próximo a esta visión encontramos el concepto vejez con éxito, desarrollado por Baltes y Baltes para cuyo logro se propone la estrategia de optimización selectiva con compensación. Según esta estrategia la selección, la optimización y la compensación son procesos fundamentales en el desarrollo humano, mediante las cuáles podemos alcanzar un envejecimiento satisfactorio. La vejez, como otras etapas de la vida es, además de una cuestión biológica y psicológica, una construcción social. Cuando hablamos de vejez con éxito tenemos que analizar diversos aspectos, tales como una vida larga, salud física, salud mental, eficacia cognitiva, competencia social y productividad, control personal y satisfacción vital. Y es precisamente ante estos aspectos, donde se puede actuar desde el Trabajo Social. 

Irene Ureña Herrero

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